Una sensación inquietante te invade cuando te adentras en el templo Bayon y levantas la vista. A tu alrededor, desde todos los ángulos, cientos de ojos te persiguen, te atraviesan. Miradas enigmáticas, caras medio sonrientes, medio amenazantes, imprimen un tono misterioso y un tanto inquietante al lugar. No puedes evitar sentirte atravesado por esas sonrisas petrificadas, ser abrumado por esas máscaras gigantes con expresiones de ironía bondadosa.
El templo Bayon se encuentra en el núcleo de Angkor Thom, que a su vez es el corazón de la antigua capital del reino jemer. Dentro de la ciudad amurallada de Angkor Thom, el templo de Angkor Wat es el más admirado y el que acapara todas las atenciones, pero otro templo espectacular y posiblemente el que causa más estremecimiento a la enorme cantidad de turistas que visitan Camboya es el templo Bayon, el templo de la sonrisa. Su seña de identidad son las grandes caras de dos metros de altura que decoran las torres del templo y que acompañan al visitante en todo momento durante su estancia en el mismo.
Fue construido en el siglo XII por Jayavarman VII, el rey que abandonó el hinduismo y se convirtió al budismo. Las 54 torres decoradas con caras gigantescas que miran hieráticas hacia los cuatro puntos cardinales son la característica fundamental del templo. Se cree que las caras son las del rey Avalokiteshvara o Jayavarman VII. Es impresionante andar por el templo vigilado por todas esas máscaras vigilantes desde hace más de 8 siglos.