sábado, 9 de diciembre de 2017

Halong, una melodía de rocas y agua


En la costa norte de Vietnam, exactamente en el Golfo de Tonkin, se encuentra uno de los parajes naturales más impresionantes del planeta. Esta maravilla de la naturaleza es un conjunto de cerca de dos mil islas e islotes de piedra caliza que emergen como por sorpresa en medio de las aguas del Mar de China. A este salpicado de rocas, cuidadosamente desordenado con sorprendente acierto sobre el mar, se le conoce con el nombre de Bahía de Halong y gracias a su singular armonía la Unesco no ha tenido más remedio que considerarla Patrimonio de la Humanidad e incluirla dentro de la lista de las Siete Maravillas Naturales del Mundo. 

El gran esfuerzo que supone subir los 432 irregulares peldaños que hay hasta la cima de la montaña en la isla Titov (llamada así en honor al cosmonauta ruso) tiene premio sobrado con la vista que se disfruta. Aún fatigado se puede comprobar desde lo más alto que Halong es un capricho único de la naturaleza, una melodía singular de rocas y agua maravillosamente interpretada que hechiza al espectador desde las alturas. Todavía exhausto y rendido ante tanta belleza no queda más remedio que admitir que solo una leyenda de fábula pudo ser el origen de este escenario irreal. Desde allá arriba se da uno cuenta de que tiene que ser verdad lo que se dice y que solo la cólera de un dragón puede haber sido el origen de este lugar increíble. Es la única explicación razonable a este paraje de ensueño.



Por si fuera poco el encanto, un atractivo añadido a la espectacularidad de la bahía lo constituyen las impresionantes cuevas que se han ido formando en el interior de algún de las islas con el paso del tiempo. Una de las más espectaculares es la cueva de Hang Sung Sot (Cueva de las Maravillas), descubierta a principios del siglo XX. Sorprenden especialmente los techos, en los que además de las estalactitas, se aprecian curiosas ondulaciones a modo de olas. Lo mismo que en otras cuevas o en parajes de naturaleza la gente quiere ver en las caprichosas formaciones kársticas figuras de animales y de seres mitológicos,como un buda feliz, una mujer desnuda, las escamas de la cola del dragón que formó la bahía o un gran pene erecto. El conjunto impone por sus espectaculares y grandiosas galerías naturales y el único aspecto negativo es la gran cantidad de visitantes que acumula en el interior. La situación elevada de la boca al abandonar la gruta ofrece unas vistas hermosas sobre la bahía que se siguen disfrutando por la escalera que desciende hasta el embarcadero de la isla.


No hay comentarios:

Publicar un comentario